El pintor y la modelo
No todo los días se tiene la oportunidad de admirar una obra y conjuntar en el mismo lugar, obra, pintor y modelo.
Este peculiar caso me ocurrió un 20 de marzo del año 2004, siendo requerida mi presencia para documentar el acto de presentación de un fresco, en la casa Hermanad de la Virgen de la Paloma en Málaga.
Como es sabido, en Málaga las distintas agrupaciones y Cofradías, constituyen casas de hermandad, ya que ninguno de sus grandiosos tronos podrían salir desde una iglesia con puerta convencional.
Por este motivo se ven casos como el que ahora nos acontece, conseguida la casa hermandad, año tras año los cofrades de la misma intenta dar esplendor a sus capillas, donde tan celosamente exponen las imágenes de sus titulares el recto del año, convirtiéndose en modernas capillas que poco a poco la gente acoge como lugar de rezo habitual.
Con este fin los
hermanos de la cofradía de la Paloma, encargaron un fresco al genial pintor Malagueños Paco Hernández, para rellenar el inmenso y baldío mural que unos de los laterales de su capilla, tras 2 años de arduo trabajo, concluyó esta extraordinaria y monumental obra.
Quien tenga la oportunidad de ver esta obra insitú, no tardara en reconocer la gran calidad de la misma, con unos personajes que parecen salir del frío muro que los acoge, también verán que es una obra algo colorista y nada convencional para lo que una pintura de esta características se espera.
Después de mostrarla a los congregados y de firmarla, se procedió a la entrega de placa y agradecimientos, hacia la persona del Pintor, una vez acabado toda la ceremonia todos marcharon a una sala continua, donde un refrigerio hizo desalojar rápidamente a todos los presentes al acto. Fue aquí cuando Paco, me requirió un favor algo especial,... ya que no asistió al acto en si, por vergüenza de sus recientes 19 años, tras unos minutos y unas llamadas apareció, algo sonrojada una chica vestida de blanco, no supe a que venia tanto secretismo, pero al alzar la vista, se me hizo evidente estar delante de una estampa especial, fue como si Velásquez me presentara a sus meninas.
Allí estabamos los tres, algo nerviosos como si de una gamberrada se tratara, yo fotografiando, en soledad un cuadro, a su pintor y a la modelo que le inspiro tan bella estampa.


