10 de abril de 2007

La historia de "El novio de la muerte."

Todo el mundo a tarareado en alguna ocasión esta melodía, sin haber escuchado en profundidad la historia de su letra, pasaría desapercibida para la gran mayoría aun siendo su estribillos de los mas conocidos y pegadizos, dada mi condición de melómano y puesto en antecedentes por mi buen amigo Diego Palomo, tuve el placer de descubrir la mas hermosa historia de amor jamás contada, nada que ver con esos rudos caballeros legionarios que se apropiaron de un cuplé de los años 20, aquí les dejo la verdadera historia del Novio de la Muerte.


El más atractivo y conmovedor canto legionario es, sin duda alguna "El novio de la muerte". Conozco su historia Me la contó la mujer que tuvo el honor de estrenarla y hacerlo popular como "cuplé", pues ése fue su origen, la canzonetista Mercedes Fernández, denominada artísticamente "Lola Montes".


El origen teatral de la famosa canción legionaria, cuyo estreno atribuía a una canzonetista muy famosa de la época, llamada Salud Ruiz.


Casi "a vuelta de correo", público ABC una "carta al director", en la que una tonadillera, ya muy mayor -80 y muchos-, "Lola Montes", se presentaba como la auténtica protagonista del estreno del "cuplé". Me apresuré a contactar con ella, como providencial medio para conocer las vicisitudes de aquel estreno, ignoradas por todos.


Doña Mercedes, que pese a su elevada edad, conservaba muchos rasgos de su belleza, me contó que había empezado su vida artística muy niña, como bailarina del Real, pero que, como tenía muy buena voz, se pasó pronto la zarzuela. Por aquellos años, que debían ser los que siguieron a la guerra europea, como se llamó entonces a la primera Guerra mundial, se enamoró de un género muy en boga, llamado "el cuplé", en el que triunfaban artistas como Raquel, la Goya, Carmen Flores o "La Argentinita".

Doña Mercedes debutó, con todo éxito, en la llamada "catedral del género", el teatro Romea. Su buena acogida la llevó a todos los de España, y, más tarde, a los de Europa y América. Siempre triunfante, nuestra "Lola Montes", seguiría en los escenarios hasta 1930, año en el que se retiró para casarse y crear una familia, a la que se consagró por completo, pese a las numerosas ofertas artísticas que la seguían persiguiendo. Un día, de principios de julio de 1921, marchaba "Lola Montes" por la calle de la Montera, y se encontró con uno de sus letristas, Fidel Prado, que le dijo acababa de recibir la partitura de un "cuplé", cuya letra había entregado hacía muy poco tiempo al compositor catalán Juan Costa, que, entusiasmado con el tema, le había puesto música de una sentada, y que le "había salido muy bien". Deseoso de conocerla y de que "Lola Montes" escuchará también, la invitó a una audición que iba a celebrarse en el estudio de Modesto Romero, también gran creador de "cuplés", que, al año siguiente, compondría "La canción del legionario".


Y en este estudio, en la calle de Luchana número 10, se celebró la primera audición madrileña del luego famoso título, que encanto a todos los presentes, en especial a la joven canzonetista, que decidió incorporarlo inmediatamente su repertorio. La artista, que marchaba a los pocos días a Málaga, a la cabeza de un espectáculo de "varietes", se llevó la partitura, y, la estudio durante el viaje, con la ayuda del pianista de la compañía. Y en Málaga la dio a conocer, en el teatro Vital Aza, con un extraordinario éxito.


La bella capital andaluza, después tan legionaria por la vinculación del Tercio a la cofradía de Mena, de su Semana Santa, sería, pues, el marco del estreno de este "cuple", después "reciclado" como canto legionario. En una de las funciones de la compañía de "Lola Montes", se hallaba presente la duquesa de la Victoria, que dirigía los hospitales de la Cruz Roja en Marruecos. Al terminar el espectáculo, la ilustre dama se dirigió a canzonetista y le dijo: "mira, Lola, esto tienes que cantarlo en Melilla. El general Silvestre están llevando a cabo una ofensiva en aquel territorio que puede acabar con la guerra. Tú, con este cuplé, tan bonito, tan dramático, patriótico, puedes contribuir, en gran medida, a algo tan importante como es elevar la moral de la población. ¡Te voy a recomendar para que actúes, como fin de fiesta, en la compañía de Valeriano León, que se presentara allí dentro de unos días... " y así lo hizo, con lo que "Lola Montes" marcharía Melilla con la compañía del gran cómico, actuando como "fin de fiesta", modalidad muy en boga entonces. Ella misma lo evocaba en su "carta al director" de ABC: "mi actuación fue un éxito indescriptible.


Cuando aparecí en el escenario vestida de enfermera, el público, compuesto por relevantes figuras de la vida civil, jefes, oficiales y tropa, me dedicó una entusiasta ovación. Y, cuando termine la canción, el auditorio, en pié, estuvo aplaudiéndome un largo rato, lo que me produjo una dulce y tierna emoción..." Mercedes vivió en la plaza los angustiosos días de julio de 1921 ,en los que se esperaba el asalto a la ciudad por las cábilas victoriosas de Annual, que se habían detenido para saquear las poblaciones inmediatas a Melilla. Gracias a ello pudo llegar a tiempo el socorro enviados desde Ceuta por mar.


Fueron días inolvidables para la canzonetista. Desde entonces, "El novio de la muerte" se convirtió en una de las obras más destacadas de su repertorio, como lo sería, posteriormente, para Salud Ruiz, Manolo Derkas y otras figuras del "cuplé" de aquellos días. El teniente coronel Millán-Astray, jefe del Tercio, vio en el título de Prado y Costa, por la fuerza emocional que encerraba la letra, un valioso canto legionario, que se interpretaría, desde entonces, al ritmo de marcha. En 1952, el director músico de la banda del Tercio, Ángel García Ruiz, tuvo la genial idea.
-sí, genial, porque no puede calificarse de otra manera- de adaptar el ritmo de la obra al paso procesional de los desfiles de la Semana Santa de Ceuta. Presentando así en los del Cristo de Mena, de Málaga, cobraron letra y música su más expresiva dimensión dramática, convirtiéndose el título en una música para honrar a los caídos. Se hacía así realidad, una vez más, el milagro de la "redención legionaria", que lo mismo era capaz de convertir en caballeros a unos hombres, en muchos casos, marginados por la sociedad, que en transformar a un modesto "cuplé" de cabaret en un canto para acompañar a Cristo clavado en la Cruz.




EL NOVIO DE LA MUERTE
F. Prado / J. Costa





Nadie en el Tercio sabía quien era aquel legionario tan audaz y temerario que en la Legión se alistó.

Nadie sabía su historia, más la Legión suponía que un gran dolor le mordía como un lobo, el corazón.


Más si alguno quien era le preguntaba con dolor y rudeza le contestaba:
Soy un hombre a quien la suerte hirió con zarpa de fiera; soy un novio de la muerte que va a unirse en lazo fuerte con tal leal compañera.

II


Cuando más rudo era el fuego y la pelea más fiera defendiendo su Bandera el legionario avanzó. Y
sin temer al empuje del enemigo exaltado, supo morir como un bravo y la enseña rescató.


Y al regar con su sangre la tierra ardiente, murmuró el legionario con voz doliente;


Soy un hombre a quien la suerte hirió con zarpa de fiera; soy un novio de la muerteque va a unirse en lazo fuertecon tal leal compañera.


III


Cuando, al fin, le recogieron,entre su pecho encontraron una carta y un retrato de una divina mujer.


Y aquélla carta decía:"...si algún día Dios te llama, para mí un puesto reclamaque a buscarte pronto iré".


Y en el último beso que le enviaba su postrer despedida le consagraba.


Soy un hombre a quien la suertehirió con zarpa de fiera; soy un novio de la muerte que va a unirse en lazo fuerte con tal leal compañera.


Por ir a tu lado a vertemi más leal compañera, me hice novio de la muerte, la estreché con lazo fuerte y su amor fue mi Bandera.